sábado, 16 de marzo de 2013

César Vallejo, nace y vive por siempre 

Hay hechos históricos que nuestra memoria está obligada a no borrarlos. Hechos que el olvido no los corroe y, que, como peruanos, somos el linaje que día a día tiene el deber de revivir con emoción y orgullo.
No solo para el ámbito literario, este día, es uno de los días que se mantiene indemne en nuestra memoria, pues no solo hay que leer o hacer literatura para recordar, sino que el espíritu peruano es el impulso para recordar este día como el nacimiento de quien escribiera “Los heraldos negros”.
Hace 120 años atrás la afable provincia de Santiago de Chuco, es la alcurnia de nuestro poeta y maestro Cesar Vallejo. Dicen que su nacimiento se produjo cuando Dios aún estaba creando el mundo, pues en cielo, los luceros iban y venían y las constelaciones se venían abajo y no tenían cuando terminar de desprenderse.
El bagaje cultural y revolucionario que en cada uno de sus escritos “materializó”, es la herencia que nos dejó. Salir de aquella cultura que el modernismo impregnó en las mentes de finales del siglo XIX e inicios del XX, y las reglas que ella imponía, fue la obra que lidero a través del vanguardismo literario, cuyas reglas eran el no tenerlas.
“PeGrias del Alma”, se auna a este gran festín. Celebrar un año más del nacimiento de nuestro poeta, no solo es recordar su origen, sino ingresar a sus obras y ver el gran amor que tuvo por nuestro país, muy a pesar de las injusticias a las cuales fue sometido cuando se le encarceló injustamente y obligado a huir a Francia. Cuentan que, cuando estaba lejos, moría por volver a pisar suelo peruano. Pero ya su destino estaba escrito por el mismo “…moriré en parís con aguacero,…”.
Hoy día el Perú y el mundo entero celebra el haberlo tenido como hijo, amigo, maestro, poeta, revolucionario... Gracias por tu legado.